Este poderoso versículo nos invita a detenernos y reflexionar sobre la magnificencia de la creación y las incontables bendiciones de Allah.
El ser humano, que ahora posee intelecto, visión y audición, comenzó como una simple gota de fluido, un origen diminuto y humilde.
A partir de esa simplicidad surgió un ser de profunda complejidad, conciencia y capacidades.
¿Cómo es posible que de una sola gota hayan surgido sistemas tan intrincados, emociones, y facultades?